lunes, 26 de noviembre de 2012

El perdón y la bondad

Leyendo el libro "La jornada" de Billy Graham (por cierto un libro que recomiendo sin duda) me he dado cuenta de la importancia que tiene aprender el perdón y la bondad para la salud espiritual de una persona.




Son dos pilares básicos para conocer quien eres y para poder navegar sabiamente en nuestra travesía.

Para que se entienda mejor os voy a contar una pequeña historia sobre estibadores que muestra el perdón y la bondad de un hombre al mismo tiempo.




"Hace mucho años un clérigo en un sector pobre de Londres se compadeció de los estibadores portuarios de su comunidad. El trabajo de ellos era muy duro, ingrato y muy mal pagado, y este clérigo decidió que debía convertirse en uno de ellos si alguna vez los iba a poder hablar de Dios. Día tras día el clérigo se vestía como un estibador y e ponía en la fila a esperar trabajo, sin decir quién era en realidad. Finalmente un día invernal lo contrataron para descargar un carguero, llevando mercancía en carretilla desde el barco hasta un muelle sobre un tablón. En uno de los viajes el falso estibador sintió que la tabla se bamboleó fuertemente, lo que hizo perder el equilibrio y caer el helado río. Se oyeron risas, y entonces comprendió que uno de los hombres había movido a propósito el tablón con el fin de hacerlo caer.

El primer impulso del clérigo fue reaccionar con ira (porque a menudo había luchado con su mal genio), pero casi al instante sintió el poder del Espíritu que vencía su enojo y le daba paz. Sonrió y se unió a los hombres con risotadas, y para su sorpresa el culpable dejó de lado su carga y le ayudó a salir de la inmundicia. EL torturador convertido en salvador, desconcertado por la tranquila reacción de clérigo, comenzó a hablar con el. Mas tarde el hombre le reveló avergonzadamente que antes había sido un médico muy respetado, pero que el alcohol le había robado tanto su profesión como su familia. El clérigo le acercó a Dios y con el tiempo el hombre se reunió con su familia y restauró su posición". 

Pero he aquí lo importante, si en el clérigo no hubiera aprendido lo que es la bondad, no hubiera salido de su "zona cómoda", no se hubiera infiltrado como estibador (un trabajo poco honrado y difícil físicamente), y sobre todo no hubiera conocido a personas que le necesitaban, aunque todavía no lo supieran.
Y por otro lado si no hubiera controlado la rabia que le entró cuando le tiraron al río helado, no podría haber entablado una amistad con el estibador y lo más importante, el estibador no hubiera visto en el clérigo una figura a seguir para cambiar su situación y su futuro.




Espero que esta pequeña historia pueda inspiraros en vuestro día a día para controlar los sentimientos de ira y fomentar los sentimientos de bondad.

Para acabar os dejo una frase de Platón que resume todo esto  <Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro>





No hay comentarios:

Publicar un comentario